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¿Qué significa la declaración de renta 2025 para el campo colombiano? |
En los últimos años, la formalización de la economía ha sido uno de los principales objetivos del Estado colombiano. Entre los muchos sectores que enfrentan desafíos para adaptarse a esta realidad, el campo ocupa un lugar especial. En 2025, con los nuevos plazos y condiciones establecidas por la DIAN para la declaración de renta, surge una pregunta clave: ¿cómo impacta esto a los campesinos y pequeños productores rurales?
El campo colombiano: entre la tradición y la informalidad
El campo colombiano es diverso y vital para la economía nacional. Sin embargo, también es un sector caracterizado por la informalidad, el trabajo no remunerado y la falta de acceso a servicios financieros y educativos. Muchos campesinos no están bancarizados, no tienen acceso a internet o a dispositivos electrónicos, y su contacto con las instituciones del Estado es mínimo.
Esto genera una brecha significativa cuando se trata de cumplir con obligaciones tributarias como la declaración de renta. Aunque la mayoría de los pequeños agricultores no superan los ingresos mínimos requeridos para declarar, existen casos en los que, por ventas ocasionales, herencias o participación en asociaciones productivas, podrían estar obligados a hacerlo sin saberlo.
¿Quiénes deben declarar renta en 2025?
Para este año, la DIAN ha establecido que deberán declarar aquellas personas naturales cuyos ingresos brutos en 2024 superaron los $59.376.800 (aproximadamente). También deben hacerlo quienes tengan un patrimonio superior a cierto monto, o quienes hayan realizado transacciones bancarias que llamen la atención de la entidad.
En este contexto, un campesino que ha tenido un buen año agrícola o ha vendido productos a través de intermediarios más formales podría, sin saberlo, estar dentro del umbral de declarantes.
Obstáculos para el campesino frente a la DIAN
Los principales retos del campesino frente al proceso de declaración de renta son:
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Desconocimiento: Muchos no saben si están obligados a declarar.
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Tecnología: El proceso es completamente digital y requiere firma electrónica.
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Acceso a asesoría: No todos tienen un contador o asesor tributario que los guíe.
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Idioma técnico: El lenguaje de la DIAN puede ser confuso para quienes no están familiarizados con términos contables o legales.
¿Y qué puede hacer el Estado?
Si se quiere una economía más formal e inclusiva, es fundamental que el Estado adopte una estrategia que no deje por fuera al campo. Algunas acciones clave podrían ser:
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Jornadas pedagógicas en zonas rurales sobre impuestos y derechos tributarios.
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Plataformas más simples y adaptadas a quienes tienen baja escolaridad.
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Exenciones o regímenes especiales para pequeños productores.
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Apoyo técnico gratuito para realizar la declaración.
Conclusión: ¿formalizar sin excluir?
El campesinado colombiano merece ser parte de la economía formal, pero esto no puede hacerse sin tener en cuenta su realidad. La declaración de renta, más allá de ser una obligación, puede ser también una puerta para acceder a beneficios como créditos, programas estatales o subsidios. Sin embargo, si no se les apoya adecuadamente, existe el riesgo de que la formalidad se convierta en una carga más que en una oportunidad.
Es momento de que la tributación rural se mire con una perspectiva más humana, justa y adaptada al campo.